El tenis de mesa o ping pong
El tenis de mesa o ping pong es un deporte que fascina por sus múltiples aspectos y que hace cada día nuevos adeptos. Más que un juego, es un deporte olímpico desde 1988, cuando Francia tiene una verdadera esperanza y una baza a nivel internacional: Jean-Philippe Gatien (campeón del mundo individual en 1993 y medalla de plata en Barcelona 92).
Recordemos ahora en pocas palabras los orígenes y la historia de este deporte. La idea del juego se remonta probablemente a la segunda mitad del siglo XIX, pero no se convirtió en deporte oficial hasta 1872, y por una buena razón: el inglés Wingfield acababa de descubrir una pelota de goma rellena de aire comprimido (el ingeniero británico Gibb había mejorado la pelota de celuloide, pero no se utilizó hasta 1980).
Con este descubrimiento, por fin fue posible adaptar el juego del tenis a un espacio más pequeño, concretamente a una mesa. En aquella época, el tenis de mesa conservaba todas las características de su antecesor, el tenis: las raquetas estaban equipadas con un mango largo y una pala de cuerdas de nylon (en 1902, fue de nuevo un inglés quien consiguió un revestimiento de goma).
En cuanto a la red, a finales del siglo XIX consistía en una simple tabla que separaba dos barcos. Esta estructura algo rudimentaria producía un ruido muy particular que le valió al tenis de mesa el apodo de ping-pong (a lo largo de la historia se le han atribuido otros nombres igualmente pintorescos, como «pim-pam» o «potin» en Francia o «whiff whaff» en Estados Unidos).
El entusiasmo por el juego entre la población llevó a su establecimiento definitivo como deporte en 1920: se organizaron numerosos torneos y campeonatos en Inglaterra, y unos años más tarde, en 1926, se fundó la Federación Internacional de Tenis de Mesa.
La presidencia fue ocupada por Lord Ivor Montagu, que la mantuvo durante más de cuarenta años hasta que la cedió en 1967. Pero volvamos a 1926: la joven empresa
El EL.T.T. organizó un campeonato mundial con Inglaterra, Hungría, Checoslovaquia, Gales, Austria e India. Nuestro libro tiene un mensaje muy claro: está orientado al futuro y, por tanto, se mantiene en el presente. El tenis de mesa se ha convertido en un deporte muy técnico y moderno. Adecuado tanto para entornos urbanos como rurales, relativamente barato y profundamente divertido, es un deporte para todos. Puede pasar fácilmente de ser un simple pasatiempo técnico de fin de semana a una pasión altamente competitiva. Pero para evolucionar en ella, hay que entenderla. Aunque tenemos clubes, necesitábamos un libro para entender este bello deporte, sus técnicas y tácticas, y los diferentes pasos a seguir para perfeccionar el juego. Esperamos hacer realidad este deseo, ayudar a que te enamores del tenis de mesa, a que disfrutes jugándolo, y que este libro te sirva de trampolín para progresar en el futuro.